ESTRÉS Y PAZ INTERIOR
Qué es el estrés? Estrés. Otros nombres: Tensión emocional, Tensión física
El estrés y su salud El estrés es un sentimiento de tensión física o emocional. Puede provenir de cualquier situación o pensamiento que lo haga sentir a uno frustrado, furioso o nervioso. El estrés es la reacción de su cuerpo a un desafío o demanda. En pequeños episodios el estrés puede ser positivo, como cuando le ayuda a evitar el peligro o cumplir con una fecha límite. Pero cuando el estrés dura mucho tiempo, puede dañar su salud. |
El estrés es un sentimiento normal. Hay dos tipos principales de estrés:
Su cuerpo reacciona ante el estrés al liberar hormonas. Estas hormonas hacen que su cerebro esté más alerta, causar que sus músculos se tensionen y aumentar su pulso. A corto plazo, estas reacciones son buenas porque pueden ayudarle a manejar la situación que causa el estrés. Esta es la manera en que su cuerpo se protege a sí mismo.
Cuando tiene estrés crónico, su cuerpo se mantiene alerta incluso cuando no hay peligro. Con el tiempo, esto le pone en riesgo de problemas de salud, incluyendo:
SIGNOS DE DEMASIADO ESTRÉS
El estrés puede causar muchos tipos de síntomas físicos y emocionales. Algunas veces posiblemente no se dará cuenta de que estos síntomas son ocasionados por el estrés. Aquí hay algunos signos de que el estrés le puede estar afectando:
- Estrés agudo. Este es estrés a corto plazo que desaparece rápidamente. Puede sentirlo cuando presiona los frenos, pelea con su pareja o esquía en una pendiente. Esto le ayuda a controlar las situaciones peligrosas. También ocurre cuando hace algo nuevo o emocionante. Todas las personas sienten estrés agudo en algún momento u otro.
- Estrés crónico. Este es el estrés que dura por un período de tiempo prolongado. Usted puede tener estrés crónico si tiene problemas de dinero, un matrimonio infeliz o problemas en el trabajo. Cualquier tipo de estrés que continúa por semanas o meses es estrés crónico. Puede acostumbrarse tanto al estrés crónico que no se de cuenta que es un problema. Si no encuentra maneras de controlar el estrés, este podría causar problemas de salud.
Su cuerpo reacciona ante el estrés al liberar hormonas. Estas hormonas hacen que su cerebro esté más alerta, causar que sus músculos se tensionen y aumentar su pulso. A corto plazo, estas reacciones son buenas porque pueden ayudarle a manejar la situación que causa el estrés. Esta es la manera en que su cuerpo se protege a sí mismo.
Cuando tiene estrés crónico, su cuerpo se mantiene alerta incluso cuando no hay peligro. Con el tiempo, esto le pone en riesgo de problemas de salud, incluyendo:
- Presión arterial alta
- Insuficiencia cardíaca
- Diabetes
- Obesidad
- Depresión o ansiedad
- Problemas de la piel, como acné o eczema
- Problemas menstruales
SIGNOS DE DEMASIADO ESTRÉS
El estrés puede causar muchos tipos de síntomas físicos y emocionales. Algunas veces posiblemente no se dará cuenta de que estos síntomas son ocasionados por el estrés. Aquí hay algunos signos de que el estrés le puede estar afectando:
- Diarrea o estreñimiento
- Mala memoria
- Dolores y achaques frecuentes
- Dolores de cabeza
- Falta de energía o concentración
- Problemas sexuales
- Cuello o mandíbula rígidos
- Cansancio
- Problemas para dormir o dormir demasiado
- Malestar de estómago
- Uso de alcohol o drogas para relajarse
- Pérdida o aumento de peso
Todo el mundo se siente estresado de vez en cuando. No todo el estrés es malo. Todos los animales tienen una respuesta de estrés, y puede salvarles las vidas. Pero el estrés crónico puede causar daño tanto físico como mental.
Hay por lo menos tres diferentes tipos de estrés:
Estrés rutinario relacionado a la presión del trabajo, la familia y otras responsabilidades diarias Estrés provocado por un cambio negativo repentino, como la pérdida de un trabajo, divorcio o enfermedad Estrés traumático, que ocurre cuando se encuentra en peligro de ser gravemente herido o de morir. Los ejemplos incluyen un accidente grave, guerra, asalto o un desastre natural. Este tipo de estrés puede causar trastorno de estrés postraumático Las personas pueden sentir estrés de diferentes maneras. Algunos experimentan síntomas digestivos. Otros pueden tener dolores de cabeza, insomnio, depresión, ira e irritabilidad. Las personas bajo estrés crónico sufren infecciones virales más frecuentes y graves, como la gripe o el resfriado común. Algunas personas lidian con el estrés de mejor manera que otras. Es importante que conozca sus límites cuando se trata de estrés, con el fin de evitar los efectos más graves de salud. |
De hecho, los síntomas de estrés pueden afectar tu cuerpo, tus pensamientos y sentimientos, y tu comportamiento. Ser capaz de reconocer los síntomas comunes de estrés puede ayudarte a controlarlos. El estrés que no se controla puede contribuir a muchos problemas de salud, como la presión arterial alta, las enfermedades cardíacas, la obesidad y la diabetes.
Efectos comunes del estrés
En tu cuerpo En tu estado de ánimo En tu comportamiento Dolor de cabeza ansiedad Consumo de comida en exceso o por debajo de lo normal Tensión o dolor muscular inquietud Arrebatos de ira Dolor en el pecho Falta de motivación o enfoque Drogadicción o alcoholismo Fatiga Sentirse abrumado Consumo de tabaco Cambio en el deseo sexual Irritabilidad o enojo Aislamiento social Malestar estomacal Tristeza o depresión Práctica de ejercicio con menos frecuencia Problemas de sueño |
Si tienes síntomas de estrés, tomar medidas para controlar su estrés puede tener muchos beneficios para la salud. Explora estrategias de manejo del estrés, como las siguientes:
Hacer actividad física con regularidad
Practicar técnicas de relajación, tales como respiración profunda, meditación, yoga, taichi o masajes
Mantener el sentido del humor
Pasar tiempo con la familia y los amigos
Reservar tiempo para pasatiempos, como leer un libro o escuchar música
Trata de encontrar maneras activas de controlar el estrés.
Las formas inactivas de controlar el estrés, como ver la televisión, navegar por Internet o jugar videojuegos, pueden parecer relajantes, pero pueden aumentar el estrés a largo plazo.
Y asegúrate de dormir lo suficiente y mantener una alimentación saludable y equilibrada. Evita el uso de tabaco, el exceso de cafeína y alcohol, y el uso de sustancias ilegales.
REFERENCIAS How stress affects your health. American Psychological Association. https://www.apa.org/helpcenter/stress. Accessed March 5, 2019.
Stress and your health. U.S. Department of Health and Human Services. https://www.womenshealth.gov/mental-health/good-mental-health/stress-and-your-health. Accessed March 5, 2019.
Seaward BL. Essentials of Managing Stress. 4th ed. Burlington, Mass.: Jones & Bartlett Learning; 2017.
Manage stress. Healthfinder.gov. http://healthfinder.gov/healthtopics/population/men/mental-health-and-relationships/manage-stress. Accessed March 5, 2019.
Seaward BL. Managing Stress: Principles and Strategies for Health and Well-Being. 9th ed. Burlington, Mass.: Jones & Bartlett Learning; 2018.
Warning signs of a heart attack. American Heart Association. https://www.heart.org/en/health-topics/heart-attack/warning-signs-of-a-heart-attack#.VsZCDtj2bIU. Accessed March 5, 2019.
Sept. 14, 2019
Original article: https://www.mayoclinic.org/es-es/healthy-lifestyle/stress-management/in-depth/stress-symptoms/art-20050987
Hacer actividad física con regularidad
Practicar técnicas de relajación, tales como respiración profunda, meditación, yoga, taichi o masajes
Mantener el sentido del humor
Pasar tiempo con la familia y los amigos
Reservar tiempo para pasatiempos, como leer un libro o escuchar música
Trata de encontrar maneras activas de controlar el estrés.
Las formas inactivas de controlar el estrés, como ver la televisión, navegar por Internet o jugar videojuegos, pueden parecer relajantes, pero pueden aumentar el estrés a largo plazo.
Y asegúrate de dormir lo suficiente y mantener una alimentación saludable y equilibrada. Evita el uso de tabaco, el exceso de cafeína y alcohol, y el uso de sustancias ilegales.
REFERENCIAS How stress affects your health. American Psychological Association. https://www.apa.org/helpcenter/stress. Accessed March 5, 2019.
Stress and your health. U.S. Department of Health and Human Services. https://www.womenshealth.gov/mental-health/good-mental-health/stress-and-your-health. Accessed March 5, 2019.
Seaward BL. Essentials of Managing Stress. 4th ed. Burlington, Mass.: Jones & Bartlett Learning; 2017.
Manage stress. Healthfinder.gov. http://healthfinder.gov/healthtopics/population/men/mental-health-and-relationships/manage-stress. Accessed March 5, 2019.
Seaward BL. Managing Stress: Principles and Strategies for Health and Well-Being. 9th ed. Burlington, Mass.: Jones & Bartlett Learning; 2018.
Warning signs of a heart attack. American Heart Association. https://www.heart.org/en/health-topics/heart-attack/warning-signs-of-a-heart-attack#.VsZCDtj2bIU. Accessed March 5, 2019.
Sept. 14, 2019
Original article: https://www.mayoclinic.org/es-es/healthy-lifestyle/stress-management/in-depth/stress-symptoms/art-20050987
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¿QUÉ ES LA ANSIEDAD?
La ansiedad es un mecanismo adaptativo natural que nos permite ponernos alerta ante sucesos comprometidos. En realidad, un cierto grado de ansiedad proporciona un componente adecuado de precaución en situaciones especialmente peligrosas. Una ansiedad moderada puede ayudarnos a mantenernos concentrados y afrontar los retos que tenemos por delante.
En ocasiones, sin embargo, el sistema de respuesta a la ansiedad se ve desbordado y funciona incorrectamente. Más concretamente, la ansiedad es desproporcionada con la situación e incluso, a veces, se presenta en ausencia de cualquier peligro ostensible. El sujeto se siente paralizado con un sentimiento de indefensión y, en general, se produce un deterioro del funcionamiento psicosocial y fisiológico. Se dice que cuando la ansiedad se presenta en momentos inadecuados o es tan intensa y duradera que interfiere con las actividades normales de la persona, entonces se la considera como un trastorno.
En ocasiones, sin embargo, el sistema de respuesta a la ansiedad se ve desbordado y funciona incorrectamente. Más concretamente, la ansiedad es desproporcionada con la situación e incluso, a veces, se presenta en ausencia de cualquier peligro ostensible. El sujeto se siente paralizado con un sentimiento de indefensión y, en general, se produce un deterioro del funcionamiento psicosocial y fisiológico. Se dice que cuando la ansiedad se presenta en momentos inadecuados o es tan intensa y duradera que interfiere con las actividades normales de la persona, entonces se la considera como un trastorno.
CAUSAS
SíntomasLa ansiedad se manifiesta a nivel emocional y físico. Es importante reconocer ambos tipos de manifestaciones y acudir al médico en cuanto se detectan, ya que una persona con ansiedad que experimente estos síntomas puede considerarlos como signos de una enfermedad grave y, en consecuencia, empeorar en la enfermedad.
Según la Sociedad Española de Psiquiatría, se estima que 1 de cada 10 personas sufre algún episodio de ansiedad en algún momento de su vida. La ansiedad por sí misma no es mala, ya que nos alerta y nos motiva para hacer frente a los peligros. Se convierte en un problema cuando los episodios de ansiedad son frecuentes, intensos y aparecen sin motivo aparente, limitando a la persona en su día a día.
Para prevenir la ansiedad, es importante adoptar un estilo de vida saludable y evitar el consumo de drogas y sustancias que la causan (cafeína, teína y drogas como el éxtasis, las anfetaminas o el LSD).
Practicar ejercicio físico de forma regular, en especial al aire libre, también ayuda a despejar la mente y evitar los sentimientos ansiosos.
Del mismo modo, las técnicas de relajación ayudan a combatir la aparición de crisis. Se pueden aprender de la mano de profesionales o de manera autodidacta, mediante libros y material audiovisual de autoayuda.
TiposTrastorno de ansiedad generalizada:Se trata de una tensión crónica aún cuando nada parece provocarla. Esta preocupación o nerviosismo excesivo es casi diario y se diagnostica como tal cuando tiene una duración mínima de seis meses.
Trastorno de pánico (o ataque de angustia):El paciente experimenta crisis recurrentes de angustia que surgen espontáneamente. Se trata de una ansiedad aguda y extrema en la que es frecuente que la persona que la padece crea que va a morir. Estos ataques repentinos de miedo intenso no tienen una causa directa. En ocasiones, los pacientes que sufren este trastorno desarrollan angustia a experimentar el próximo ataque, cuya ocurrencia no pueden prever, es la llamada ansiedad anticipatoria.
Trastorno fóbico:Trastorno que tiene como rasgo esencial la presencia de un temor irracional y persistente ante un objeto específico, actividad o situación con la consecuente evitación del objeto temido. Por ejemplo, el miedo a volar, a los pájaros o a los espacios abiertos.
Trastorno obsesivo-compulsivo:Se trata de pensamientos o acciones no voluntarios que el paciente no puede dejar de pensar o hacer para no generar ansiedad. En todo caso, el sujeto reconoce el carácter absurdo de sus pensamientos o acciones. Por ejemplo: lavarse las manos cada poco rato.
Trastorno por estrés post-traumático:Se da en aquellos casos en los que se presentan secuelas psicológicas desagradables tras el impacto de un trauma emocional, una guerra, una violación, etc. Se caracteriza por los recuerdos persistentes del suceso traumático, un estado emocional con exaltada vigilancia y la reducción general de interés por los sucesos cotidianos.
DiagnósticoCriterios diagnósticos:Para evaluar si un determinado paciente sufre ansiedad, es recomendable descartar la existencia de una enfermedad sistémica. Para ello, el médico debe tener en cuenta los siguientes aspectos:
1. Fase preliminar: el objetivo es conocer el motivo de la consulta.
2. Fase exploratoria: el paciente es preguntado acerca de lo siguiente:
4. Fase final: el médico ofrece al paciente una serie de recomendaciones que debe empezar a poner en práctica hasta la siguiente cita.
Escalas: El riesgo de infradiagnóstico de la ansiedad ha originado un elevado número de escalas estructuradas que intentan ser instrumentos de cribado para detectar el trastorno. Estas escalas no son suficientes por sí mismas para establecer un diagnóstico, sino que permiten identificar a personas susceptibles de patología mental, que deben ser sometidas a un estudio más profundo. Algunas de las escalas más utilizadas son la Escala de Ansiedad y Depresión de Goldberg y la Escala de Hamilton para la Ansiedad.
TratamientosLos fármacos son el tratamiento de elección para la ansiedad generalizada. Habitualmente se prescriben fármacos ansiolíticos como las benzodiacepinas; sin embargo, debido a que el uso de benzodiacepinas a largo plazo puede crear dependencia, si se decide su interrupción, debe reducirse escalonadamente y no de forma brusca. El alivio que proporcionan las benzodiacepinas compensa generalmente algunos ligeros efectos secundarios.
La buspirona es otro fármaco eficaz para muchas personas con ansiedad generalizada. Su uso parece no acarrear dependencia física. Sin embargo, la buspirona puede tardar dos semanas o más en hacer efecto, en contraste con las benzodiacepinas, que comienzan a actuar en el plazo de unos minutos. La terapia de comportamiento no suele ser generalmente beneficiosa porque no existen claras situaciones que desencadenen la ansiedad. Las técnicas de relajación y de biorretroacción pueden ayudar.
La ansiedad generalizada puede estar asociada con conflictos psicológicos subyacentes. Estos conflictos están frecuentemente relacionados con inseguridades y actitudes autocríticas que son autodestructivas. Para algunas personas, la psicoterapia puede ser eficaz para ayudar a comprender y a resolver conflictos psicológicos internos.
Otros datosFrecuencia de la enfermedad:Los trastornos por ansiedad son, en conjunto, la enfermedad psiquiátrica más frecuente. Entre ellos destaca el trastorno fóbico: alrededor de un 7 por de mujeres y un 4,3 por ciento de hombres padecen fobias específicas (a algún animal, a un objeto, a la oscuridad, etc.), mientras que las llamadas fobias sociales (la aptitud de una persona para relacionarse de un modo afable con los demás) se hallan en un 13 por ciento de la población.
La ansiedad generalizada se da en un porcentaje del 3 al 5 por ciento de los adultos (en algún momento durante el año). Las mujeres tienen el doble de probabilidades de presentarla.
El trastorno de pánico es menos frecuente y se diagnostica a algo menos de un 1 por ciento de la población. Las mujeres son de dos a tres veces más propensas.
El trastorno obsesivo-compulsivo afecta a cerca del 2,3 por ciento de los adultos y sucede con aproximadamente igual frecuencia en mujeres que en hombres.
El estrés post-traumático afecta, por lo menos, al 1 por ciento de la población alguna vez durante su vida, aunque en las personas con mayor riesgo, como los veteranos de guerra, tiene una mayor incidencia.
- Causas genéticas: la ansiedad puede heredarse a través de los genes. No obstante, incluso alguien que no es ansioso por naturaleza puede experimentar este sentimiento de temor ante una situación de tensión, como constata la Sociedad Española de Psiquiatría (SEP).
- Causas circunstanciales: hechos traumáticos como un accidente de tráfico, un atentado o un incendio pueden provocar ansiedad; en estos casos, el sentimiento de ansiedad puede desaparecer cuando concluye el problema o bien permanecer durante meses o años. Es lo que se conoce como trastorno de estrés postraumático.
- Consumo de drogas: Las anfetaminas, el éxtasis o el LSD son sustancias estupefacientes que pueden causar ansiedad. Para algunas personas, también la cafeína o la teína pueden producirla.
- Experiencias vitales significativas: sin llegar a ser traumáticos, cambios vitales en el presente como un embarazo, o incluso alteraciones en el ámbito laboral (un despido, un ascenso, etcétera) pueden producir ansiedad.
SíntomasLa ansiedad se manifiesta a nivel emocional y físico. Es importante reconocer ambos tipos de manifestaciones y acudir al médico en cuanto se detectan, ya que una persona con ansiedad que experimente estos síntomas puede considerarlos como signos de una enfermedad grave y, en consecuencia, empeorar en la enfermedad.
- Síntomas mentales: preocupación constante, cansancio, irritabilidad y problemas para concentrarse y conciliar el sueño.
- Síntomas físicos: pulsaciones elevadas, sudoración excesiva, tensión muscular, temblores, mareos, desmayos, indigestión, diarrea y respiración profunda.
Según la Sociedad Española de Psiquiatría, se estima que 1 de cada 10 personas sufre algún episodio de ansiedad en algún momento de su vida. La ansiedad por sí misma no es mala, ya que nos alerta y nos motiva para hacer frente a los peligros. Se convierte en un problema cuando los episodios de ansiedad son frecuentes, intensos y aparecen sin motivo aparente, limitando a la persona en su día a día.
Para prevenir la ansiedad, es importante adoptar un estilo de vida saludable y evitar el consumo de drogas y sustancias que la causan (cafeína, teína y drogas como el éxtasis, las anfetaminas o el LSD).
Practicar ejercicio físico de forma regular, en especial al aire libre, también ayuda a despejar la mente y evitar los sentimientos ansiosos.
Del mismo modo, las técnicas de relajación ayudan a combatir la aparición de crisis. Se pueden aprender de la mano de profesionales o de manera autodidacta, mediante libros y material audiovisual de autoayuda.
TiposTrastorno de ansiedad generalizada:Se trata de una tensión crónica aún cuando nada parece provocarla. Esta preocupación o nerviosismo excesivo es casi diario y se diagnostica como tal cuando tiene una duración mínima de seis meses.
Trastorno de pánico (o ataque de angustia):El paciente experimenta crisis recurrentes de angustia que surgen espontáneamente. Se trata de una ansiedad aguda y extrema en la que es frecuente que la persona que la padece crea que va a morir. Estos ataques repentinos de miedo intenso no tienen una causa directa. En ocasiones, los pacientes que sufren este trastorno desarrollan angustia a experimentar el próximo ataque, cuya ocurrencia no pueden prever, es la llamada ansiedad anticipatoria.
Trastorno fóbico:Trastorno que tiene como rasgo esencial la presencia de un temor irracional y persistente ante un objeto específico, actividad o situación con la consecuente evitación del objeto temido. Por ejemplo, el miedo a volar, a los pájaros o a los espacios abiertos.
Trastorno obsesivo-compulsivo:Se trata de pensamientos o acciones no voluntarios que el paciente no puede dejar de pensar o hacer para no generar ansiedad. En todo caso, el sujeto reconoce el carácter absurdo de sus pensamientos o acciones. Por ejemplo: lavarse las manos cada poco rato.
Trastorno por estrés post-traumático:Se da en aquellos casos en los que se presentan secuelas psicológicas desagradables tras el impacto de un trauma emocional, una guerra, una violación, etc. Se caracteriza por los recuerdos persistentes del suceso traumático, un estado emocional con exaltada vigilancia y la reducción general de interés por los sucesos cotidianos.
DiagnósticoCriterios diagnósticos:Para evaluar si un determinado paciente sufre ansiedad, es recomendable descartar la existencia de una enfermedad sistémica. Para ello, el médico debe tener en cuenta los siguientes aspectos:
- Síntomas físicos que presenta.
- Historia médica y psicológica anterior del paciente y de su familia.
- Posibilidad de que sufra alguna enfermedad que genere trastorno de ansiedad.
- Influencia de tóxicos como la cafeína, el cannabis o la cocaína y otras drogas de síntesis, desencadenantes de crisis de ansiedad y angustia en personas con predisposición.
1. Fase preliminar: el objetivo es conocer el motivo de la consulta.
2. Fase exploratoria: el paciente es preguntado acerca de lo siguiente:
- Síntomas, localización, intensidad, cronología y evolución.
- Presencia de patologías orgánicas.
- Factores desencadenantes directos, como cambios vitales, duelos, acontecimientos traumáticos, etcétera.
- Antecedentes personales: episodios maníacos, depresiones anteriores, etcétera.
- Exploración de la esfera psicosocial: creencias y expectativas, pensamiento, afectividad y entorno sociofamiliar, personalidad,…
4. Fase final: el médico ofrece al paciente una serie de recomendaciones que debe empezar a poner en práctica hasta la siguiente cita.
Escalas: El riesgo de infradiagnóstico de la ansiedad ha originado un elevado número de escalas estructuradas que intentan ser instrumentos de cribado para detectar el trastorno. Estas escalas no son suficientes por sí mismas para establecer un diagnóstico, sino que permiten identificar a personas susceptibles de patología mental, que deben ser sometidas a un estudio más profundo. Algunas de las escalas más utilizadas son la Escala de Ansiedad y Depresión de Goldberg y la Escala de Hamilton para la Ansiedad.
TratamientosLos fármacos son el tratamiento de elección para la ansiedad generalizada. Habitualmente se prescriben fármacos ansiolíticos como las benzodiacepinas; sin embargo, debido a que el uso de benzodiacepinas a largo plazo puede crear dependencia, si se decide su interrupción, debe reducirse escalonadamente y no de forma brusca. El alivio que proporcionan las benzodiacepinas compensa generalmente algunos ligeros efectos secundarios.
La buspirona es otro fármaco eficaz para muchas personas con ansiedad generalizada. Su uso parece no acarrear dependencia física. Sin embargo, la buspirona puede tardar dos semanas o más en hacer efecto, en contraste con las benzodiacepinas, que comienzan a actuar en el plazo de unos minutos. La terapia de comportamiento no suele ser generalmente beneficiosa porque no existen claras situaciones que desencadenen la ansiedad. Las técnicas de relajación y de biorretroacción pueden ayudar.
La ansiedad generalizada puede estar asociada con conflictos psicológicos subyacentes. Estos conflictos están frecuentemente relacionados con inseguridades y actitudes autocríticas que son autodestructivas. Para algunas personas, la psicoterapia puede ser eficaz para ayudar a comprender y a resolver conflictos psicológicos internos.
Otros datosFrecuencia de la enfermedad:Los trastornos por ansiedad son, en conjunto, la enfermedad psiquiátrica más frecuente. Entre ellos destaca el trastorno fóbico: alrededor de un 7 por de mujeres y un 4,3 por ciento de hombres padecen fobias específicas (a algún animal, a un objeto, a la oscuridad, etc.), mientras que las llamadas fobias sociales (la aptitud de una persona para relacionarse de un modo afable con los demás) se hallan en un 13 por ciento de la población.
La ansiedad generalizada se da en un porcentaje del 3 al 5 por ciento de los adultos (en algún momento durante el año). Las mujeres tienen el doble de probabilidades de presentarla.
El trastorno de pánico es menos frecuente y se diagnostica a algo menos de un 1 por ciento de la población. Las mujeres son de dos a tres veces más propensas.
El trastorno obsesivo-compulsivo afecta a cerca del 2,3 por ciento de los adultos y sucede con aproximadamente igual frecuencia en mujeres que en hombres.
El estrés post-traumático afecta, por lo menos, al 1 por ciento de la población alguna vez durante su vida, aunque en las personas con mayor riesgo, como los veteranos de guerra, tiene una mayor incidencia.
La ansiedad es básicamente un mecanismo defensivo. Es un sistema de alerta ante situaciones consideradas amenazantes. ... La función de la ansiedad es movilizar al organismo, mantenerlo alerta y dispuesto para intervenir frente a los riesgos y amenazas, de forma que no se produzcan o se minimicen sus consecuencias.
Síntomas de una crisis de ansiedad
- Palpitaciones o elevación de la frecuencia cardiaca (taquicardia).
- Sensación de ahogo, con respiración rápida.
- Opresión en el pecho.
- Miedo o pánico. Literalmente, sentirse a morir.
- Sudoración o escalofríos.
- Temblores.
- Náuseas o molestias abdominales.
- Mareo o incluso desmayo.
Algunos trastornos de salud mental que con frecuencia se manifiestan junto con el trastorno de ansiedad generalizada comprenden los siguientes:
- Fobias.
- Trastorno de pánico.
- Trastorno de estrés postraumático (TEPT)
- Trastorno obsesivo compulsivo (TOC)
- Depresión.
- Pensamientos suicidas o suicidio.
- Abuso de sustancias.
Cómo controlar la ansiedad y los ataques de pánico
Cristina Martín García
Miercoles, 09 de Marzo de 2016 - 12:59
https://cuidateplus.marca.com/enfermedades/psiquiatricas/ansiedad.html
Hay personas que desconocen que los síntomas que padecen están causados por la ansiedad.La ansiedad es una emoción que todo el mundo experimenta ante una situación de incertidumbre y amenaza. Prepara a la persona para escenarios que pueden tener un resultado negativo. Es adaptativa y es buena. El problema viene cuando se convierte en patológica y se manifiesta en un grado demasiado intenso y con gran frecuencia. Lejos de ayudar a adaptarse, bloquea al individuo y le lleva a un resultado peor del deseado, pudiendo comprometer su salud física y mental. Para no llegar a este punto, Antonio Cano Vindel, presidente de la Sociedad Española para el Estudio de la Ansiedad y el Estrés (SEAS) explica cómo controlar la ansiedad cuando esta se vuelve preocupante.
Cano rechaza categóricamente el uso de medicamentos para solucionar el problema y apuesta por la terapia cognitivo conductual. “Es la que más se ha estudiado a nivel científico y que mejor ha demostrado su eficacia”.
Para entender en qué consiste esta terapia y dar consejos útiles, explica detalladamente los pasos necesarios para superar la ansiedad.
1. Informarse de qué es la ansiedad y cuáles son sus síntomas
“Hay personas que desconocen que los síntomas que padecen están causados por la ansiedad”.
El primer paso para recuperarse es saber qué les está pasando y darse cuenta de los síntomas.
“Taquicardias, sudor, aumento de la temperatura, dificultad para dormir, molestias digestivas, etc., son algunos de ellos”.
Después habría que descubrir los factores causantes e informarse de qué son las emociones y la ansiedad.
2. Reinterpretar el problema
La ansiedad lo que hace es que la persona anticipe unas consecuencias muy negativas por si acaso se producen. Cano aconseja “interpretar la amenaza de forma menos grave, ser realistas y no magnificar”.
De manera práctica:
• Razonar si la posibilidad de que ocurra lo peor es tan grande.
• Preguntarse: “si ocurriese lo peor ¿realmente sería tan grave?”.
• Poner atención en los problemas sólo cuando se puede hacer algo. “Cuando no hay nada que hacer, hay que seguir la vida normal y atender otras cosas”.
3. Desviar la atención del problema
Cuando hay ansiedad la atención está continuamente enfocada al problema, “no dejamos de pensar en lo que nos preocupa”, explica Cano.
“La persona ha de aprender a relajarse, a no centrar su atención todo el rato en el problema. Estar en alerta, pero también descansar y guardar recursos cuando no se puede hacer nada”.
Para lograrlo hay que:
• Obligarse a pensar en otra cosa.
• Obligar a hacer algo diferente para distraerse.
4. Interpretar los problemas como un desafío, no como una amenaza
El experto añade como consejo “la interpretación de las dificultades como un desafío, en vez de como como una amenaza”. Esto permite afrontar la situación con motivación, dejando de lado la preocupación.
5. Técnicas de relajación
También ayudan las técnicas de relajación (muscular progresiva, respiración, imaginación, entre otros).
Con ellas se reduce la activación fisiológica, se sueltan los músculos, etc. Cano indica la conveniencia de hacerlo todos los días.
“Cuando se entrenan estas habilidades, los problemas empiezan a resolverse”, afirma Cano. “El paciente –continúa- se da cuenta de sus errores y los corrige. Así empiezan a aliviarse los problemas”.
Qué hacer ante un ataque de ansiedad o pánico
Cuando una persona sufre un ataque de pánico, la ansiedad se descontrola, pierde el control y se asusta ante ese descontrol. “La tasa cardiaca aumenta, se dificulta la respiración, hay hiperventilación, aumento de la temperatura y temblor”.
“El sistema nervioso autónomo se dispara y hay que tranquilizarle transmitiendo la sensación de que no hay peligro, que no hay una situación extrema y que lo que sucede no es grave. Al cambiar el foco de la atención y la importancia que le damos a los síntomas del ataque de pánico, estos disminuyen”.
La mejor forma de lograr esto es:
• Hacer y pensar en otra cosa.
• Cambiar de tema de conversación.
• Ponerse a trabajar en algo.
• Realizar cualquier actividad que permita no darle importancia a los síntomas que está teniendo.
• En vez de hiperventilar, respirar más lentamente.
Cristina Martín García
Miercoles, 09 de Marzo de 2016 - 12:59
https://cuidateplus.marca.com/enfermedades/psiquiatricas/ansiedad.html
Hay personas que desconocen que los síntomas que padecen están causados por la ansiedad.La ansiedad es una emoción que todo el mundo experimenta ante una situación de incertidumbre y amenaza. Prepara a la persona para escenarios que pueden tener un resultado negativo. Es adaptativa y es buena. El problema viene cuando se convierte en patológica y se manifiesta en un grado demasiado intenso y con gran frecuencia. Lejos de ayudar a adaptarse, bloquea al individuo y le lleva a un resultado peor del deseado, pudiendo comprometer su salud física y mental. Para no llegar a este punto, Antonio Cano Vindel, presidente de la Sociedad Española para el Estudio de la Ansiedad y el Estrés (SEAS) explica cómo controlar la ansiedad cuando esta se vuelve preocupante.
Cano rechaza categóricamente el uso de medicamentos para solucionar el problema y apuesta por la terapia cognitivo conductual. “Es la que más se ha estudiado a nivel científico y que mejor ha demostrado su eficacia”.
Para entender en qué consiste esta terapia y dar consejos útiles, explica detalladamente los pasos necesarios para superar la ansiedad.
1. Informarse de qué es la ansiedad y cuáles son sus síntomas
“Hay personas que desconocen que los síntomas que padecen están causados por la ansiedad”.
El primer paso para recuperarse es saber qué les está pasando y darse cuenta de los síntomas.
“Taquicardias, sudor, aumento de la temperatura, dificultad para dormir, molestias digestivas, etc., son algunos de ellos”.
Después habría que descubrir los factores causantes e informarse de qué son las emociones y la ansiedad.
2. Reinterpretar el problema
La ansiedad lo que hace es que la persona anticipe unas consecuencias muy negativas por si acaso se producen. Cano aconseja “interpretar la amenaza de forma menos grave, ser realistas y no magnificar”.
De manera práctica:
• Razonar si la posibilidad de que ocurra lo peor es tan grande.
• Preguntarse: “si ocurriese lo peor ¿realmente sería tan grave?”.
• Poner atención en los problemas sólo cuando se puede hacer algo. “Cuando no hay nada que hacer, hay que seguir la vida normal y atender otras cosas”.
3. Desviar la atención del problema
Cuando hay ansiedad la atención está continuamente enfocada al problema, “no dejamos de pensar en lo que nos preocupa”, explica Cano.
“La persona ha de aprender a relajarse, a no centrar su atención todo el rato en el problema. Estar en alerta, pero también descansar y guardar recursos cuando no se puede hacer nada”.
Para lograrlo hay que:
• Obligarse a pensar en otra cosa.
• Obligar a hacer algo diferente para distraerse.
4. Interpretar los problemas como un desafío, no como una amenaza
El experto añade como consejo “la interpretación de las dificultades como un desafío, en vez de como como una amenaza”. Esto permite afrontar la situación con motivación, dejando de lado la preocupación.
5. Técnicas de relajación
También ayudan las técnicas de relajación (muscular progresiva, respiración, imaginación, entre otros).
Con ellas se reduce la activación fisiológica, se sueltan los músculos, etc. Cano indica la conveniencia de hacerlo todos los días.
“Cuando se entrenan estas habilidades, los problemas empiezan a resolverse”, afirma Cano. “El paciente –continúa- se da cuenta de sus errores y los corrige. Así empiezan a aliviarse los problemas”.
Qué hacer ante un ataque de ansiedad o pánico
Cuando una persona sufre un ataque de pánico, la ansiedad se descontrola, pierde el control y se asusta ante ese descontrol. “La tasa cardiaca aumenta, se dificulta la respiración, hay hiperventilación, aumento de la temperatura y temblor”.
“El sistema nervioso autónomo se dispara y hay que tranquilizarle transmitiendo la sensación de que no hay peligro, que no hay una situación extrema y que lo que sucede no es grave. Al cambiar el foco de la atención y la importancia que le damos a los síntomas del ataque de pánico, estos disminuyen”.
La mejor forma de lograr esto es:
• Hacer y pensar en otra cosa.
• Cambiar de tema de conversación.
• Ponerse a trabajar en algo.
• Realizar cualquier actividad que permita no darle importancia a los síntomas que está teniendo.
• En vez de hiperventilar, respirar más lentamente.
Algunos alimentos que puedes consumir para que la ansiedad no te haga comer lo primero que encuentres:
- Pepinillos.
- Frutas deshidratadas.
- Yogurt descremado.
- Cereales integrales.
- Pescado.
- Frutos secos (almendras, nueces y avellanas)
- Gelatina de dieta.
- Caldos o sopas de vegetales.
AUDIOS PARA ESCANEO CORPORAL Y ATENCIÓN RESPIRACIÓN
Para calmar la mente es muy útil llevar esa energía hacia el cuerpo. La RESPIRACIÓN profunda permite que el sistema nervioso baje sus revoluciones automáticamente para permitirnos pensar con mayor claridad, disminuir la tensión y poder ver con otros ojos aquello que estamos viviendo.
Recomiendo antes de realizar estas posturas, sobre todo la segunda (postura del arado), entrar en calor la columna para poder realizar una flexión profunda como la que indicaré. Claro que si quieres hacer mas posturas el efecto será aun mejor y tu cuerpo te lo agradecerá. Postura del niño (balasana): Lleva tu cola hacia tus talones; tus rodillas pueden estar cerradas o no (lo que te sea más cómodo). Lleva tus brazos hacia delante en una postura que te sea cómoda, y la cabeza, hacia el mat. Esta es una postura de descanso. Quédate aquí entre 5 y 10 respiraciones profundas aflojando tus hombros y entregando el peso de tu cuerpo al mat. Postura del arado (halasana): Acuéstate boca arriba con las rodillas hacia el pecho. Con un leve impulso y la ayuda de tus manos empujando contra el mat lleva tus rodillas hacia la frente. Relájate aquí y toma conciencia de tu respiración. Lleva poco a poco tus pies hacia el suelo, por detrás de la cabeza. Eleva un poco el mentón (barbilla), alejándola del esternón, y relaja la garganta. Presiona la parte posterior de la cabeza contra el suelo para mantener la curva natural en las cervicales. Nunca muevas tu cabeza de lado a lado en esta postura. El punto de mirada: la punta de tu nariz. Si por falta de flexibilidad no llegas a tocar el suelo con los pies, mantén las rodillas apoyadas sobre la frente. Con las manos sigue sosteniendo la parte baja de la espalda, hasta que estos músculos adquieran flexibilidad y los pies lleguen al suelo. Una vez que los pies lleguen al suelo, si lo deseas, continúa estirando las rodillas extendiendo las piernas. Si te sientes cómodo, puedes llevar las manos hacia el mat en vez de tenerlas en tu espalda. Para deshacer la postura, baja lentamente la espalda al suelo manteniendo las piernas lo más pegadas posible al cuerpo y utilizando tu fuerza abdominal. Puedes ayudarte con las manos presionándolas contra el mat. No levantes tu cabeza ni bajes rápido. Una vez que las caderas llegan al suelo, flexiona las rodillas y apoya las plantas de los pies en el suelo para descansar. Respiracion diafragmática: Recuéstate boca arriba con tus manos sobre tu abdomen y la planta de tus pies tocándose. Si esta postura te es incómoda puedes colocar un almohadón debajo de tus rodillas. Exhala todo el aire de los pulmones y ahora inicia la respiración diafragmática dirigiendo el aire al inspirar hacia tu abdomen, como si estuvieras inflando un globo. Asegúrate de no llevar el aire a tu pecho antes que a tu abdomen y de no estar subiendo los hombros. Trata de relajar el resto del cuerpo y dejar que el aire entre llevándolo hacia el vientre, en vez de forzarlo. Cuando sientas la necesidad de expulsar el aire, hazlo relajando tu vientre, “desinflando el globo” y sintiendo cómo las manos bajarán con él. Busca relajarte aquí también. La idea es soltar cuando exhalas y expandirte cuando inhalas. Quédate un instante con los pulmones vacíos, sintiendo cómo te vas relajando; y, en cuanto sientas nuevamente el impulso de inspirar, hazlo profunda y lentamente, volviendo a llenar tus pulmones mientras tu abdomen sube. Realiza esta postura y respiración entre 15 y 30 respiraciones profundas. Espero que puedan tomarse 15 minutos para sentirse mejor. El bienestar esta en tus manos. |
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