Cuidándome – cuidándote -cuidándonos.
Atención plena a la bondad amorosa.
Compasión. Cuidarse uno mismo.
Atención plena a la bondad amorosa.
Compasión. Cuidarse uno mismo.
Un ser humano es una parte del todo, llamado por nosotros "Universo", una parte limitada en el tiempo y el espacio.
Se experimenta a sí mismo, a sus pensamientos y sentimientos, como algo separado del resto, una especie de ilusión óptica de su conciencia.
Esta ilusión es una especie de prisión para nosotros, que nos restringe a nuestros deseos personales y al afecto por las pocas personas más cercanas a nosotros.
Nuestra tarea debe ser liberarnos de esta prisión, ampliando nuestro círculo de compasión para abrazar a todas las criaturas vivientes y toda la naturaleza en su belleza.
Nadie puede lograr esto completamente, pero la lucha por tal logro es en sí misma una parte de la liberación y un fundamento para la seguridad interior.
- Einstein -
Se experimenta a sí mismo, a sus pensamientos y sentimientos, como algo separado del resto, una especie de ilusión óptica de su conciencia.
Esta ilusión es una especie de prisión para nosotros, que nos restringe a nuestros deseos personales y al afecto por las pocas personas más cercanas a nosotros.
Nuestra tarea debe ser liberarnos de esta prisión, ampliando nuestro círculo de compasión para abrazar a todas las criaturas vivientes y toda la naturaleza en su belleza.
Nadie puede lograr esto completamente, pero la lucha por tal logro es en sí misma una parte de la liberación y un fundamento para la seguridad interior.
- Einstein -
No te asustes, no pretendo animarte a ingresar en ningún monasterio ni que te hagas seguidor de ninguna doctrina budista.
Un día meditando acerca de lo felices y serenos que se les ve a los monjes que practican el Zen, encontré estos doce puntos que a continuación te comparto literalmente y que creo que definen lo que es vivir una vida desde la experiencia mindfulness, la total atención...de manera fantástica y adaptable a ti, a mí, sin necesidad de hacernos monjes.
Los doce puntos son los siguientes:
1. Una cosa cada vez:
Es parte de la vida de un monje Zen, una tarea, nada de multitareas. Un proverbio Zen dice “cuando camines, camina.
Cuando comas, come”.
2. Hazlo pausadamente y con propósito:
Aunque hagas una cosa cada vez pueden realizarse aleatoriamente y con precipitación. Por el contrario tus acciones deberán ser razonadas y realizadas con pausa, así ganarás en concentración.
3. Hazlo de forma plena:
Centra tu mente en la tarea y complétala antes de pasar a la siguiente. Si algo queda inacabado, aparta la tarea completamente no dejando ningún resquicio. Si preparas un bocadillo, no lo comas hasta que hayas recogido y limpiado todo lo que utilizaste para prepararlo.
4. Haz menos:
Un monje zen no tiene una vida perezosa. Se levanta pronto y trabaja durante todo el día. Pero no genera una lista de tareas sin acabar. Realice las tareas que realice serán esas y ninguna más. Menos tareas significan poner tu atención en ellas y realizarlas plenamente. Muchas tareas programadas harán que saltemos de una a otra rápidamente sin pensar y sin concentrarnos en ellas.
5. Espacía las tareas:
Disponer de tiempo entre tareas te ayudará a concentrarte en ellas y te facilitará completarlas. Una programación relajada ayudará a finalizar tareas que se alarguen disponiendo del tiempo necesario para finalizarlas.
6. Desarrolla rituales:
Los monjes Zen tienen sus propios rituales para las tareas que realizan, desde comer a limpiar o meditar. Eso les ayuda a darles la máxima atención y a que sean realizadas con pausa, correctamente. No tiene que seguir ningún ritual establecido, crea los suyos propios para cada tarea que realiza, preparar comida, limpiar, despertarse o acostarse o hasta prepararse para el ejercicio.
7. Asigna tiempo para ciertas tareas:
Hay tareas diarias que requieren un horario específico. Determina el tiempo para el aseo, para trabajar, para limpiar o para comer. Esto asegura que las tareas sean realizadas regularmente. Si para ti una tarea tiene la importancia suficiente para realizarse con regularidad, asígnale el tiempo necesario.
8. Dedica tiempo a sentarte:
Una parte fundamental de la vida del monje Zen es la meditación sentado (zazen) . Esto requiere designar un tiempo simplemente para sentarse. La meditación es una práctica que ayuda a encontrarse, pero no hay porque realizarla sólo cuando estés sentado. Hacer ejercicio puede ser una buena práctica para centrarse en uno mismo, cualquier actividad te puede ayudar a encontrarte
.
9. Sonríe y ayuda a los demás:
Los monjes Zen dedican parte de su día al servicio a los demás. De igual forma, sonreír y ser Amable con todo el mundo ayuda a mejorar la vida de los que te rodean. Considera unirte al trabajo voluntario de la caridad.
10 . Haz que limpiar o cocinar sean parte de la meditación:
Además de la meditación zazen, limpiar y cocinar son partes importantes del día de un monje Zen.
Pueden resultar ensalzantes al realizarlas cada día como práctica de autoconocimiento. Si para ti son aburridas, intenta hacerlas parte de la meditación, concéntrate en ellas, hazlas pausada y plenamente, tu día cambiará plenamente (y tu casa estará más limpia).
11. Piensa qué es necesario:
Hay muy poco en la vida de un monje Zen que no sea necesario. En su armario no hay prendas exclusivas, ni muchos zapatos, nada de instrumentos tecnológicos, coches o comida basura (su dieta es vegetariana). No es necesario vivir como un monje Zen pero nos tiene que servir para recordar que hay muchas cosas en la vida que no son necesarias, y es interesante pensar qué necesitamos realmente en nuestras vidas y qué cosas son necesarias.
12. Vive de forma sencilla:
Si no es necesario, puedes vivir sin ello. Libérate de aquello que no sea necesario o esencial. Para cada uno, esto será diferente, familia, lectura, ejercicio o los amigos pueden ser algo esencial en tu vida. Decide qué es lo más importante para ti y hazle hueco en tu vida eliminando lo que no sea esencial.
Un día meditando acerca de lo felices y serenos que se les ve a los monjes que practican el Zen, encontré estos doce puntos que a continuación te comparto literalmente y que creo que definen lo que es vivir una vida desde la experiencia mindfulness, la total atención...de manera fantástica y adaptable a ti, a mí, sin necesidad de hacernos monjes.
Los doce puntos son los siguientes:
1. Una cosa cada vez:
Es parte de la vida de un monje Zen, una tarea, nada de multitareas. Un proverbio Zen dice “cuando camines, camina.
Cuando comas, come”.
2. Hazlo pausadamente y con propósito:
Aunque hagas una cosa cada vez pueden realizarse aleatoriamente y con precipitación. Por el contrario tus acciones deberán ser razonadas y realizadas con pausa, así ganarás en concentración.
3. Hazlo de forma plena:
Centra tu mente en la tarea y complétala antes de pasar a la siguiente. Si algo queda inacabado, aparta la tarea completamente no dejando ningún resquicio. Si preparas un bocadillo, no lo comas hasta que hayas recogido y limpiado todo lo que utilizaste para prepararlo.
4. Haz menos:
Un monje zen no tiene una vida perezosa. Se levanta pronto y trabaja durante todo el día. Pero no genera una lista de tareas sin acabar. Realice las tareas que realice serán esas y ninguna más. Menos tareas significan poner tu atención en ellas y realizarlas plenamente. Muchas tareas programadas harán que saltemos de una a otra rápidamente sin pensar y sin concentrarnos en ellas.
5. Espacía las tareas:
Disponer de tiempo entre tareas te ayudará a concentrarte en ellas y te facilitará completarlas. Una programación relajada ayudará a finalizar tareas que se alarguen disponiendo del tiempo necesario para finalizarlas.
6. Desarrolla rituales:
Los monjes Zen tienen sus propios rituales para las tareas que realizan, desde comer a limpiar o meditar. Eso les ayuda a darles la máxima atención y a que sean realizadas con pausa, correctamente. No tiene que seguir ningún ritual establecido, crea los suyos propios para cada tarea que realiza, preparar comida, limpiar, despertarse o acostarse o hasta prepararse para el ejercicio.
7. Asigna tiempo para ciertas tareas:
Hay tareas diarias que requieren un horario específico. Determina el tiempo para el aseo, para trabajar, para limpiar o para comer. Esto asegura que las tareas sean realizadas regularmente. Si para ti una tarea tiene la importancia suficiente para realizarse con regularidad, asígnale el tiempo necesario.
8. Dedica tiempo a sentarte:
Una parte fundamental de la vida del monje Zen es la meditación sentado (zazen) . Esto requiere designar un tiempo simplemente para sentarse. La meditación es una práctica que ayuda a encontrarse, pero no hay porque realizarla sólo cuando estés sentado. Hacer ejercicio puede ser una buena práctica para centrarse en uno mismo, cualquier actividad te puede ayudar a encontrarte
.
9. Sonríe y ayuda a los demás:
Los monjes Zen dedican parte de su día al servicio a los demás. De igual forma, sonreír y ser Amable con todo el mundo ayuda a mejorar la vida de los que te rodean. Considera unirte al trabajo voluntario de la caridad.
10 . Haz que limpiar o cocinar sean parte de la meditación:
Además de la meditación zazen, limpiar y cocinar son partes importantes del día de un monje Zen.
Pueden resultar ensalzantes al realizarlas cada día como práctica de autoconocimiento. Si para ti son aburridas, intenta hacerlas parte de la meditación, concéntrate en ellas, hazlas pausada y plenamente, tu día cambiará plenamente (y tu casa estará más limpia).
11. Piensa qué es necesario:
Hay muy poco en la vida de un monje Zen que no sea necesario. En su armario no hay prendas exclusivas, ni muchos zapatos, nada de instrumentos tecnológicos, coches o comida basura (su dieta es vegetariana). No es necesario vivir como un monje Zen pero nos tiene que servir para recordar que hay muchas cosas en la vida que no son necesarias, y es interesante pensar qué necesitamos realmente en nuestras vidas y qué cosas son necesarias.
12. Vive de forma sencilla:
Si no es necesario, puedes vivir sin ello. Libérate de aquello que no sea necesario o esencial. Para cada uno, esto será diferente, familia, lectura, ejercicio o los amigos pueden ser algo esencial en tu vida. Decide qué es lo más importante para ti y hazle hueco en tu vida eliminando lo que no sea esencial.
FOCO DE ATENCIÓN PARA ESTA SEMANA:
Esta semana programa la alarma de tu móvil para que suene unas cuatro veces al día, a diferentes horas. Cada vez que la escuches detente unos segundos a respirar consciente y observa si estabas realizando tu labor con el piloto automático puesto, o por el contrario, comienzas a convertir cada rutina diaria en una oportunidad para estar presente y convertirla en meditación. |
PRÁCTICA FORMAL:
Enciende una vela en señal de respeto a lo sagrado de tu luz interior. Puedes perfumar el ambiente con incienso o algún aceite esencial, escoge aquello que te haga sentir mejor. Con tus pies descalzos adopta tu postura de meditación, y recógete en el silencio durante al menos 20 minutos diarios. |
|
|
|
|
|
|
¿Te autocompadeces a menudo?
¿Cómo darte cuenta de ello? Para comenzar respondiendo a estas preguntas:
Sin embargo, aquellos que se dedican a ver el medio vaso vacío de lo ocurrido o piensan una y otra vez en lo que podrían haber hecho tienen una personalidad o una tendencia “autocompadeciente”.
Problema detectado: ¿y ahora qué hago?Has dado un gran paso al aceptar que sueles tener autocompasión en bastantes ocasiones. Ahora debes seguir el camino del cambio y buscar una solución a tu inconveniente. Algunos de los métodos que te pueden ayudar son:
Desde el budismo , la autocompasión cobra otro significado totalmente diferente.
Sentir compasión por uno mismo consiste en abandonar el sufrimiento y las causas que nos generan el sufrimiento.
En lugar de estar gran parte de nuestra vida lamentándonos por todo y siendo “víctimas” de las circunstancias, el budismo nos dice que somos agentes activos. Ser un agente activo significa que depende de nosotros lo que hagamos o dejemos de hacer.
De esta forma, si buscaremos aquello que nos haga sufrir e intentaremos ponerle remedio.
En la gran mayoría de las ocasiones, lo que nos provoca sufrimiento es nuestra mente, nuestra forma del ver el mundo. Por lo tanto, el siguiente paso será comenzar a trabajar con nosotros mismos. Así pues, esta transformación de la autocompasión en un mecanismo de trabajo interior es un cambio de 180 grados puede servirnos para empezar un viaje apasionante con nosotros mismos.
¿Cómo darte cuenta de ello? Para comenzar respondiendo a estas preguntas:
- ¿Crees que la solución a tus problemas está basado en lo que hagan o no los demás?
- ¿Consideras que sueles buscar una justificación para tus actitudes?
- ¿Sientes que no tienes control sobre tu vida o lo que te sucede?
- ¿Buscas consejos pero no eres de seguirlos?
Sin embargo, aquellos que se dedican a ver el medio vaso vacío de lo ocurrido o piensan una y otra vez en lo que podrían haber hecho tienen una personalidad o una tendencia “autocompadeciente”.
Problema detectado: ¿y ahora qué hago?Has dado un gran paso al aceptar que sueles tener autocompasión en bastantes ocasiones. Ahora debes seguir el camino del cambio y buscar una solución a tu inconveniente. Algunos de los métodos que te pueden ayudar son:
- Evita pensar que eres la víctima (no olvides que has sobrevivido a decenas de eventos dolorosos antes)
- Concéntrate en las cosas buenas (entrar en acción puede llenar tus sentimientos de vacío o pobreza internos)
- Encuentra la inspiración en lo que te rodea (si miras alrededor te darás cuenta de que hay muchos que pueden ayudarte con su experiencia)
- Evita tolerar la autocompasión! (si permites que se mantenga en tu mente te será complicado eliminar este mal hábito).
- Usa tu energía para cosas positivas (en lugar de pasar el tiempo pensando en lo malo del pasado enfócate en mejorar lo que quieres conseguir en el futuro
- Permite tener emociones negativas (acepta quien eres y lo que te sucede). Abrázalas conscientemente y déjalas ir.
Desde el budismo , la autocompasión cobra otro significado totalmente diferente.
Sentir compasión por uno mismo consiste en abandonar el sufrimiento y las causas que nos generan el sufrimiento.
En lugar de estar gran parte de nuestra vida lamentándonos por todo y siendo “víctimas” de las circunstancias, el budismo nos dice que somos agentes activos. Ser un agente activo significa que depende de nosotros lo que hagamos o dejemos de hacer.
De esta forma, si buscaremos aquello que nos haga sufrir e intentaremos ponerle remedio.
En la gran mayoría de las ocasiones, lo que nos provoca sufrimiento es nuestra mente, nuestra forma del ver el mundo. Por lo tanto, el siguiente paso será comenzar a trabajar con nosotros mismos. Así pues, esta transformación de la autocompasión en un mecanismo de trabajo interior es un cambio de 180 grados puede servirnos para empezar un viaje apasionante con nosotros mismos.
El milagro no es caminar sobre el agua. El milagro es caminar sobre la tierra verde,
morando profundamente en el momento presente, sintiéndome completamente vivo. - Thich Nhat Hanh - |
No medites para arreglarte, curarte, mejorarte, redimirte; más bien, hazlo como un acto de amor, de profunda amistad para ti mismo. De esta manera ya no hay necesidad de la agresión sutil de la superación personal, de la culpa infinita de no hacer lo suficiente. Ofrece la posibilidad de poner fin a la ronda incesante de esforzarse tanto que envuelve la vida de tantas personas en un nudo. En cambio, ahora hay meditación como un acto de amor.
Que infinitamente delicioso y alentador. - Bob Sharples - |
Breves consejos para cuidar de ti mismo
1) Aprende a expresar tus sentimientos.
2) Evita compararte con los demás.
3) Forma un pequeño grupo de personas a las que puedas recurrir buscando apoyo emocional.
4) Reserva tiempo para disfrutar. Recuerda que los hobbies son actividades que realizas para sentirte bien.
5) No te olvides de reír. Busca el humor a tu alrededor.
6) Aprende a relajarte. Puedes encontrar libros, CDs, clases o instructores que te enseñen a relajarte. La relajación mejora la mente y ayuda al cuerpo a mantenerse en forma.
7) Aprende a decir “no”. Di “no” a expectativas, peticiones o demandas irrazonables.
8) Cambia de trabajo si no te sientes a gusto realizándolo. Trata de averiguar si tu trabajo es adecuado para ti o estás a gusto con tus compañeros. Trata de centrarte en las cosas que más te gustan de tu trabajo y presta menos atención a las que te desagradan. Recuerda que todos los trabajos tienen aspectos desagradables.
9) Haz ejercicio. Sal a dar un paseo, andar en bicicleta, usa las escaleras. No necesitas ponerte un chandal para hacer ejercicio. Ser más activo en tu vida cotidiana es una buena manera de empezar.
10) Intenta ayudar a los demás. Es bueno para ellos y para ti.
11) Presta atención a tu vida espiritual. Baja la velocidad. Siéntate en silencio. Escucha tu voz interior. Dedica tiempo a pensar en las cosas que te proporcionan paz, belleza y serenidad en la vida. Encuentra el valor de seguir tu propio camino espiritual si ninguna religión te llena.
2) Evita compararte con los demás.
3) Forma un pequeño grupo de personas a las que puedas recurrir buscando apoyo emocional.
4) Reserva tiempo para disfrutar. Recuerda que los hobbies son actividades que realizas para sentirte bien.
5) No te olvides de reír. Busca el humor a tu alrededor.
6) Aprende a relajarte. Puedes encontrar libros, CDs, clases o instructores que te enseñen a relajarte. La relajación mejora la mente y ayuda al cuerpo a mantenerse en forma.
7) Aprende a decir “no”. Di “no” a expectativas, peticiones o demandas irrazonables.
8) Cambia de trabajo si no te sientes a gusto realizándolo. Trata de averiguar si tu trabajo es adecuado para ti o estás a gusto con tus compañeros. Trata de centrarte en las cosas que más te gustan de tu trabajo y presta menos atención a las que te desagradan. Recuerda que todos los trabajos tienen aspectos desagradables.
9) Haz ejercicio. Sal a dar un paseo, andar en bicicleta, usa las escaleras. No necesitas ponerte un chandal para hacer ejercicio. Ser más activo en tu vida cotidiana es una buena manera de empezar.
10) Intenta ayudar a los demás. Es bueno para ellos y para ti.
11) Presta atención a tu vida espiritual. Baja la velocidad. Siéntate en silencio. Escucha tu voz interior. Dedica tiempo a pensar en las cosas que te proporcionan paz, belleza y serenidad en la vida. Encuentra el valor de seguir tu propio camino espiritual si ninguna religión te llena.
ADMINISTRACION DEL TIEMPO
Meditaciones REMAS Inicio
|
Somos |
Servicios |
Menu |
Contacto |
Copyright © 2019